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Universidad de Chile

En foro "¿Somos felices los chilenos?" realizado en el ICEI

Rector Pérez: "No me creo el cuento. Los chilenos no somos felices"

Rector Pérez: "No me creo el cuento. Los chilenos no somos felices"

El Rector de la Universidad de Chile criticó los efectos generados por la "mercantilización de la vida" en un foro organizado por el Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, en el que participaron, además, el director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Pablo González, y el economista y director de la Fundación Sol, Pablo Kremerman.

En una exposición que recordó a la realizada con motivo del aniversario número 170 de la Universidad de Chile, el Rector Víctor Pérez Vera apuntó a la necesidad de fijar un nuevo contrato social para Chile, uno que consagre a la persona como eslabón de un proyecto país y no como un marginado del mismo. Tal emplazamiento, dirigido tanto a las autoridades de los poderes Ejecutivo y Legislativo y a los partidos que integran el sistema político, responde a los escandalosos grados de desigualdad social, preocupante estado de insatisfacción frente a la sociedad y los altos índices de desconfianza con respecto a las instituciones.

Si bien estudios de opinión hablan de altos grados de satisfacción de las personas con sus proyectos de vida individuales, el Rector Pérez relativizó la fiabilidad de tales encuestas que, por decir lo menos, han sido cuestionadas por expertos en la materia dada la tendencia natural de muchas personas a desconocer o negar -más aún en un sistema cultural que, en lo valórico, tiende al exitismo- sus penurias personales.

"No me compro el cuento. Chile no es feliz por esa creciente mercantilización que ha ido minando los valores republicanos", dijo el rector Pérez, máxime cuando existen elementos de juicio que revelan una situación diametralmente distinta. Por de pronto, recordó que la desigualdad social ha redundado en un "reparto también desigual de la felicidad", afectando con más dureza a los sectores sociales más vulnerables.

"Persiste una sensación de abuso impune y de privilegios" que, a ojos vista, según el Rector Pérez, ha tendido a fragmentar la sociedad a niveles peligrosos, al extremo que hoy hablamos con toda naturalidad de "escuelas para pobres y escuelas para ricos, barrios para pobres y barrios para ricos"

Por eso recalcó la necesidad de avanzar en dimensiones cualitativas de desarrollo humano, y no centrarse sólo en aspectos cuantitativos y materiales que "obvian nuestra esencia de seres humanos". Una de las líneas de acción sugerida por el Rector es que el gobierno asegure una mejor educación, ya que "una sociedad más ilustrada y culta tiene un potencial más grande para resolver y satisfacer sus necesidades privadas y colectivas".

El Chile esquizofrénico

En el foro también participó Pablo Soto, director del CEFECH, y Pablo González, Director del PNUD, quien dio cuenta de los últimos estudios realizados en Chile. Junto con reforzar la idea del Rector Pérez de elaborar nuevos instrumentos de medición basados en un perfecto equilibrio entre lo objetivo y lo subjetivo tanto en la dimensión individual como pública, los resultados arrojados por las mediciones de PNUD refieren a la correlación lineal -relación directamente proporcional- entre ingresos y niveles de satisfacción personal. Los resultados son categóricos en lo que respecta a los más pobres: predomina ahí una alta satisfacción adaptativa (conformarse con el cumplimiento de pequeñas metas, las únicas posibles en vista de sus menores expectativas) y una alta incidencia de elementos como la inseguridad (no sólo frente a la delincuencia, sino que ante una enfermedad de un ser querido y a la pérdida del empleo).

También hizo uso de la palabra el economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman, quien apuntó a la creciente precarización del empleo debido a las asimétricas relaciones entre empresarios y asalariados (trabajos flexibles en la práctica), subcontratación extendida y pérdida de tiempo que ha de ser destinado a la familia, con el consecuente empobrecimiento de los vínculos. Así llamó a ver "detrás de las cifras macroeconómicas" que tanto invitan a posturas autocomplacientes para ver que Chile no es más que "una bonita fachada que esconde muchas cosas que no funcionan bien". ¿Pruebas? Altos índices de trastornos psicológicos en muchos sectores e industrias.

"Por eso digo que estas encuestas, y que hablan de niveles de satisfacción personal, chocan con la realidad misma. Existe esta idea esquizofrénica de disociar lo personal de lo social", aseguró.