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Universidad de Chile

Jóvenes participantes en curso "Comunicación e Imagen" del ICEI

Escuela de Verano: una oportunidad para crecer y madurar

Escuela de Verano: una oportunidad para crecer y madurar

Unos sacrificaron semanas de vacaciones, otros se alejaron de sus hogares para venir a una capital donde apenas conocen gente, y tantos más han padecido la canícula del estío santiaguino¿ Pero ninguno se arrepiente de la decisión que tomó libre y soberanamente. Por el contrario, todos afirman que su asistencia a esta nueva versión de la Escuela de Verano ha sido fructífera por donde se le mire.

Todo un éxito ha sido el desarrollo de la Escuela de Verano 2013 para Estudiantes de Enseñanza Media, una actividad organizada por la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y en la que participan distintas facultades e institutos de la Universidad de Chile.  El curso "Comunicación e Imagen",  que realizan las profesoras del Instituto de la Comunicación e Imagen, ICEI, Jennifer Abate, Carolina Larraín y Patricia Peña,  ha contado con la participación de 41 estudiantes que cursaron segundo, tercero y cuarto medio en 2012. El entusiasmo e interés de los jóvenes resulta evidente a juzgar por el nivel de asistencia registrado a partir del 7 de enero, día en que se le dio inicio.

Muchos de estos jóvenes (la mayoría siquiera cumple la mayoría de edad) provienen de regiones alejadas o de localidades con problemas de conectividad, lo que torna aún más interesante el poder de convocatoria de estas actividades académicas. Uno de los participantes  es Ignacio González, quien pasó a cuarto medio en el colegio San Francisco Javier de Puerto Montt. "Un amigo estuvo aquí el año pasado y me dijo que había sido una muy linda experiencia. Además me ha ayudado mucho a reflexionar sobre mi futuro", aseguró, consciente y orgulloso de haber asumido el sacrificio de estudiar lejos de los suyos en vez de disfrutar de sus vacaciones en el sur del país. Pero no sólo eso: además trabajó durante todo diciembre para solventar una parte de su estadía en la capital.

"Tuve que hacerlo no más porque soy de la idea de que mis papás no pueden pagarlo todo. Yo también debo esforzarme. Por eso trabajé, para al menos tener la plata para costear mis gastos personales", sostuvo, a lo que agregó: "Para mí no es perder el tiempo ni plata. Lo veo casi como una inversión porque este curso me ha permitido conocer algunas herramientas que seguramente me serán muy útiles en el futuro, pues yo quiero estudiar periodismo". Asimismo afirmó que sus padres están "orgullosos por todo lo que he hecho: el hecho de trabajar, de venir solo a Santiago... Igual es un acto de madurez pues muchos de mis compañeros ni siquiera piensan en lo que van a hacer una vez que salgan de cuarto medio".

Otro caso es el de Rocío Barrientos, de Ancud, quien, a diferencia de Ignacio González, al menos tiene familiares en la capital con capacidad de recibirla. "Las clases son súper prácticas, pero también aprovechamos de pensar en muchas cosas que tienen que ver con la comunicación. No me arrepiento de haber venido porque todo ha sido súper grato. He conocido a gente muy buena onda, me he enterado de temas súper interesantes", indicó esta joven que acaba de pasar a tercero medio en la escuela San Andrés, recinto donde esta Escuela de Verano fue promovida por los propios profesores.

"Para mis papás ha sido súper bueno que haya ocupado parte de mi tiempo libre en este tipo de actividades. Y tienen razón porque enriquecen desde todo punto de vista. No hay como ocupar tu tiempo libre en cosas productivas, en cosas nuevas", añadió, al tiempo que alabó el tenor de los talleres ya que, de un modo sencillo y práctico, ha visto reforzado su interés por estudiar una carrera audiovisual. "Ojalá Cine", concluyó.