Exposición del profesor Carlos Vignolo, de la Facultad de Ingeniería

El rol de la Universidad en un mundo dominado por psicópatas

"Psicopatización y rehumanización: ¡Esa es la cuestión!", es el título de la exposición realizada en el auditorio Jorge Müller por Carlos Vignolo, director del Programa de Innovación y Sociotecnología del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile. Su objetivo fue "compartir" y "discutir" con los profesores del ICEI acerca de nuevos modos de ejercer la docencia.

A diferencia de los esquizofrénicos o psicóticos, los psicópatas están plenamente conscientes de la devastación y el dolor que provocan sus actos, razón por la que son siempre imputables ante la Justicia y, en vista que no son enfermos, serán refractarios a cualquier tratamiento médico. Desde contumaces estafadores a asesinos en serie, se caracterizan por ser fríos, incapaces de sentir empatía y estima por otros (desalmados), manipuladores que instrumentalizan la relaciones humanas para su goce y beneficio individual, heteroculposos (la culpa es siempre del otro, incluso de sus víctimas por haber sido tan ingenuos), mentirosos redomados, aparentemente carismáticos y seguros de sí mismos.

El paradigma social imperante en Occidente -y el patrón de convivencia- parece ser el mismo: la exaltación del individualismo psicópata. Este fenómeno, a juicio del profesor Vignolo, también es sustentado por la academia al propiciar la competencia descarnada en sustitución de valores que son también inherentes a la naturaleza humana: la colaboración, el respeto, la solidaridad y la conmiseración para con los otros. Por eso es que llamó a impulsar cambios en la manera de reenfocar la educación. "Las personas también sienten emociones y sentimientos. De eso no se habla en la academia. No se habla porque se cree que los sentimientos obnubilan y confunden. El sentimiento es una palabra proscrita al igual que la palabra amor", afirmó.

A decir del profesor Vignolo, la unidimensionalidad de la cultura psicopática "neoliberal", en un contexto de notables avances técnicos, tendió a exaltar al ser humano como un individuo racional y consciente, despojándolo de otros elementos constitutivos de su naturaleza. A la larga, cada ser humano se debe a otros, se reconoce a partir de los otros y vive, progresa o fracasa en virtud del tipo de relación que establece con sus semejantes y su entorno. "En eso me parezco a Humberto Maturana, sólo que yo soy más radical pues la cuestión aquí no sólo creo que es epistemológica, sino que también ontológica".

La academia y sus problemas de autoestima

Asimismo cuestionó la vigencia de modelos obsoletos (a todo nivel, tanto económico como educacional), que se centran en la provisión vertical de conocimientos, una mirada que abomina a quien se declara, filosóficamente hablando, más afecto al "constructivismo radical". La educación no es una transferencia o transmisión de saberes. Es un acompañamiento para gatillar descubrimientos en el otro", agregó, al tiempo que criticó la obsesión de connotados académicos por publicar sus trabajos en revistas indizadas. Por eso es que, aseguró, urge reemplazar un modelo que "está obsoleto".

"Es obsesión revela una tremenda falta de autoestima. La baja autoestima deriva de una educación que no es formadora de personas, sino que es instructora de personas. Eso no es formación, es instrucción técnica basada en la exigencia, y la exigencia personal, la autoexigencia, surge ante la necesidad de compensar esa pobre autoestima que tenemos en Chile desde la crianza".

A su juicio, esto ha llevado a la humanidad a las peores catástrofes y flagelos creados por élites globales que cultivan esa cultura psicopática, irracional y deshumanizada: guerras, crisis económicas cíclicas, depredación de los recursos y destrucción de sus ecosistemas. "Los docentes deben jugar un rol medular, central, jamás periférico en la conformación de un nuevo paradigma de convivencia más humano", sostuvo.

Aún a riesgo de "sonar provocador", el profesor Carlos Vognolo -recientemente reconocido como uno de los mejores profesores en virtud de cuarenta años de docencia ininterrumpida en la Universidad de Chile- dijo que muchos cambios provendrán del "Managment" y el "emprendimiento", dos herramientas que ayudarán mucho a contrarrestar una corriente de pensamiento económico que pretende adivinar y sintetizar el inextricable comportamiento humano en fórmulas matemáticas.

"El liderazgo responsable es muy importante. El gran problema es que muchos han dejado que cierto sector se apropie del concepto del emprendimiento, y el emprendimiento y la innovación siempre han sido progresistas", agregó.