Ir al contenido
Universidad de Chile

Visita del profesor español Francisco Sierra al ICEI

Repensando la comunicación para el desarrollo en Chile

Repensando la comunicación para el desarrollo en Chile

El experto en economía política, de visita gracias a la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas, se refirió a ciertos elementos que abordará en las cátedras que dictará en los Magíster de Comunicación Política y Comunicación Social: el giro valorativo que experimenta la economía en tanto ciencia social y no como una ciencia "dura".

La economía tiene implicancias en la vida real, en la forma en que se relacionan los agentes del mercado, define modos de convivencia colectivos y viceversa; a la larga establece qué tipo de democracia y qué grado de participación tendrán los integrantes de esa sociedad.

Pero fue a fines del siglo XIX y en los albores del siglo XX que los economistas más afectos a su enfoque marginalista, utilitarista y subjetivo, comenzaron a abordarla como una ciencia exacta a objeto de despercudirla del siempre conflictivo componente de clase. De ahí entonces que ha prevalecido cierto enfoque econométrico, pretendidamente neutro, pletórico de máximas y fórmulas escritas a fuego que tienden a excluir la naturaleza humana -con todas sus virtudes y defectos, a nivel individual y colectivo- como variable clave de su funcionamiento.

Hoy, qué duda cabe, tal concepción de la economía se ha visto severamente enjuiciada en vista de sus consecuencias en el cuerpo social, y por tanto es que se observa este renovado interés por recuperar el enfoque interdisciplinario de su estudio, según dice el profesor Francisco Sierra, catedrático de la Universidad de Sevilla.

"Se ha recuperado el interés porque se han revalorizado conceptos como ‘ideología', ‘control de los medios de comunicación', ‘democracia', ‘cultura', ‘comunicación'. Es muy importante relanzar lo que era patrimonio del pensamiento crítico latinoamericano, especialmente el chileno, pues aquí, en la Universidad de Chile, se fraguó gran parte de los avances de la Teoría de la Dependencia. En esta dimensión fue clave el trabajo de Osvaldo Sunkel, como en el terreno de la ‘Comunicación para el Desarrollo' lo fue el trabajo de Armand Mattelart", subraya.

"Hay una revisión del experimento ‘neoliberal' y de todo el proceso de especulación financiera global que pone en serios aprietos a la democracia. Y hoy surgen preguntas: ¿Qué problemas supone este ‘modelo' para los derechos sociales y laborales de la población? ¿Quién gobierna los medios? ¿Qué agencias y medios promueven ataques especulativos? ¿Qué medios propagan explicaciones falsas de la crisis y promueve discursos contra los países del sur de Europa? Veremos que son cosas sustantivas vinculadas a los derechos sociales y económicos, más en un país como Chile que aplicó el recetario neoliberal de manera extrema, cuyo modelo de desarrollo no es sostenible en el tiempo", sostiene el profesor Sierra.

El valor de la comunicación

De esa necesidad, acuciante para muchos, deriva otra más específica, según el profesor Francisco Sierra: "Cuando reivindicamos la comunicación para el desarrollo no proponemos un retorno a al desarrollismo y retomar la teoría de la dependencia, sino hacer una relectura en tres dimensiones: primero, repensando las relaciones de poder; segundo, la deliberación ciudadana, planteando qué es comunicación, para qué tipo de desarrollo y con qué prioridad, en vista de las implicancias para las comunidades indígenas, para los derechos laborales y los ciudadanos cuyos derechos han sido conculcados; y en tercer lugar, el rol de la universidad, considerando el papel jugado por generaciones de profesionales formados en instituciones como la Escuela de Chicago, Harvard, cuyos discursos nada tienen que ver con la realidad concreta, histórica, vivencial y cultural de Chile".

El reto, en términos de economía política y el rol de la comunicación, es apuntalar un desarrollo endógeno que dé cuenta primero de su diversidad, "y también que se ajuste en primer término a las condiciones materiales del país, no ya de América Latina", concluye.