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Universidad de Chile

En el auditorio Jorge Müller del ICEI

Presentaron libro sobre el Archivo Oral de Villa Grimaldi

Presentaron libro sobre el Archivo Oral de Villa Grimaldi

La ceremonia contó con la asistencia de representantes de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, la Fundación Ford, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, además del embajador del Reino Unido en Chile, Jon Benjamin, y el agregado político de esa legación, Javier Maldonado.

Una extensa secuencia de testimonios biográficos que dan cuenta de diversas historias de vida de chilenas y chilenos vinculados por el horror. Los relatos se refieren a sus orígenes, a cómo vivieron su juventud en los mil días de la Unidad Popular, el Golpe Militar de 1973 que termina por derrumbar el sueño de un Chile distinto, los horrores que les tocó vivir en las mazmorras de Villa Grimaldi, la traumática y silente convalecencia en el destierro, alejados forzosamente de sus seres queridos.

En todos ellos se advierten las secuelas que dejaron esas heridas lacerantes y no restañadas pese al poder curativo del tiempo. Los testimonios continúan sobre sus vivencias en lo que restaba de dictadura y se prolongan hasta 2008. Entonces el derrotero pasa del miedo y la soledad a la desilusión más absoluta por la falta de justicia real y reparación efectiva. Es un mosaico en carne viva, bitácoras de travesías individuales que nos llevan a reflexionar no sólo acerca de los crímenes injustificables que aquí se cometieron, pues el archivo oral también nos entrega un mensaje de paz con miras al futuro y a modo de herencia para las generaciones posteriores. Y el libro viene a complementar este trabajo audiovisual: nos relata la trastienda, la labor de producción, el método del trabajo documental y todos los obstáculos que debieron sortear para crear un material de invaluable valor histórico, pedagógico y cívico.

El lanzamiento de este libro, según dijo Margarita Romero, presidenta de la Corporación Parque Por La Paz Villa Grimaldi, viene a "marcar el final de una etapa".  "Es un recuento de un largo camino iniciado hace 7 años atrás. Cuando en el año 2005 comenzamos a pensar en un archivo testimonial, nos encontrábamos en un momento propicio pues acababa de publicarse el informe Valech. Y era claro que se requería de otro soporte que nos brindara una perspectiva más amplia", agregó.

Margarita Romero recalcó las dificultades de producir un archivo audiovisual de quinientas horas de grabación, lo que se vio agravado por "la ausencia de archivos o de información de los organismos represivos, algo que no pasó en otros países. Pero se hacía urgente el registro de testimonios pues iban a perderse irremediablemente. Desde que se abrió Villa Grimaldi en 1994, la mayor parte de lo que hemos podido conocer sobre este centro de secuestro, tortura y exterminio ha sido gracias a los testimonios de los detenidos".

Asimismo agradeció el aporte del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, ICEI, "ya que no sólo ha contribuido a la excelencia y experticia técnica sino que ha compartido el proyecto desde una perspectiva ética y una visión común sobre la memoria y los derechos humanos", al tiempo que reconoció que el archivo se inspiró en una experiencia argentina y en iniciativas similares realizadas con sobrevivientes del Holocausto que, en virtud del soporte audiovisual, pudieron "amplificar la experiencia y humanizar más a las personas que accedían a narrar sus testimonios".

"Villa Grimaldi ha sido precursora de este tipo de archivos en Chile. La semana próxima se inaugurará el archivo oral de la Maestranza de Ferroviarios de San Bernardo con el apoyo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos", afirmó luego en su discurso Margarita Romero. Asimismo aseguró que en un "marco de movilizaciones", esta iniciativa, que sintetiza la producción de un archivo de 500 horas, "es un puente hacia el pasado al que la ciudadanía hoy interroga y cuestiona", y que "es un compromiso hacia una sociedad que demanda una revisión del pasado sin censuras, omisiones o desvíos".

El coordinador de Programas y Derechos Humanos de la Fundación Ford, Felipe Agüero, dijo sentir "orgullo" por "la asociación de la Fundación Ford con este esfuerzo contra el ocultamiento", pero también por "la memoria y la educación, el respeto y la promoción de los derechos humanos".

María Olivia Mönckeberg, Directora del ICEI, sostuvo que "desde el primer momento les tratamos de enseñar a nuestros estudiantes el valor de los derechos humanos", siempre uen un marco de "respeto y la integridad", al tiempo que recordó haber vivido "muy de cerca las violaciones a los derechos humanos en ese tiempo de persecución y terror. Nos tocó ver caer a colegas tan queridos como José Carrasco, asesinado en un acto de incomprensible revanchismo suponiendo que ese crimen iba a quedar impune".

Asimismo reflexionó: "Me pregunto si hemos sabido transmitir la historia a nuestros estudiantes. A veces nos miran y sienten que repetimos mucho estos temas. No es fácil hablar del horror y el dolor, de lo que significó vivir con el horror y el miedo, que como una sombra nos seguía día y noche. No sabíamos si al día siguiente podríamos ver el sol y las calles. En este gran despertar estudiantil hemos comenzado a pensar en la relación que hubo entre violencia y el modelo que se instaló. Todo ese horror no fue aislado. Todo eso se cometió para llevar a cabo la contrarrevolución".

Foro por la memoria

Terminada la ronda de discursos, se llevó a efecto un foro en el que participaron la profesora del ICEI Faride Zerán, el académico de Historia de la Universidad de Santiago, Mario Garcés; Loreto López, antropóloga que se desempeñó en la Fundación Parque por La Paz Villa Grimaldi y que participó activamente en la creación del Archivo Oral; y la presidenta del Centro de Estudiantes de la Comunicación (CECO), Michelle Ribault.

En primer término, la profesora Zerán cuestionó el "silencio cómplice" de los políticos afectos a la dictadura y criticó incluso la indolencia de quienes fueron vecinos de estos centros clandestinos de detención, tortura y asesinato, y que estuvieron perfectamente al tanto de lo que sucedía en ellos, como bien narra el periodista Javier Rebolledo en "La Danza de los Cuervos", libro que contiene el testimonio de Jorgelino Vergara, más conocido como "El Mocito" de la DINA, mientras prestaba sus servicios "domésticos" en la casa de Simón Bolívar.

Asimismo destacó la "cobardía moral" de los que saben del paradero de restos de los detenidos desaparecidos "y que todavía callan", al tiempo que cuestionó la "contextualización" del horror hecho por la directora de la DIBAM, Magdalena Krebs, justificando así la comisión de crímenes de lesa humanidad, lo que, a juicio de la antropóloga Loreto López se explica en función de una "idea hegemónica" instalada en pos de tranquilizar las conciencias.

"Esta reflexión se hace en base a una causa y efecto, en el sentido de que los hechos producen otros hechos y que, por lo tanto, había sólo una manera de actuar, el único camino posible. Los mismos medios de comunicación presentan el mismo razonamiento respecto de la economía", sostuvo Loreto López.

El profesor de Historia Mario Garcés reflexionó sobre el olvido impuesto a la ciudadanía como un paso más en la estrategia tendiente a minar su conciencia histórica y social, toda vez que la visión tradicional de la élite concibe lo popular como su principal amenaza. "Una encuesta una vez reveló que en Chile no hay conciencia histórica pues las grandes mayorías no se sienten reconocidas en la narración histórica que fue, y todos los sabemos, pulverizada en dictadura", al tiempo que instó a trabajar menos "en el marco teórico de la memoria e ingresar más a la experiencia de la misma".

La presidenta del CECO, Michelle Ribault, expresó el compromiso de los estudiantes por una formación crítica que apunte al respeto de los derechos humanos a objeto de "hacer confesar a este país" sobre lo que aquí ocurrió en los 17 años de dictadura. "Somos los comunicadores del futuro con el deseo de transformarnos en profesionales conscientes. Y porque además creemos que la defensa de los derechos humanos no puede tolerar datos objetivos para justificar lo injustificable", concluyó.