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Universidad de Chile

La charla La mirada cubana, la Unidad Popular y la dictadura chilena en el cine del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, ICAIC

Clase magistral sobre visión cinematográfica cubana hacia la Unidad Popular inauguró los Postgrados ICEI 2021

Clase magistral inauguró los Postgrados ICEI 2021

La ponencia, realizada por el académico e investigador chileno, Ignacio del Valle (Universidad de Campinas, Brasil), inauguró el año académico de la Dirección de Postgrado del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.

Con la clase magistral La mirada cubana, la Unidad Popular y la dictadura chilena en el cine del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, ICAIC, del investigador Ignacio del Valle, académico y profesor de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana y de la Universidad de Campinas (Brasil), la Dirección de Postgrado del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, ICEI, dio inicio al año 2021 de sus programas.

El evento contó con la participación de María Inés Silva, directora de la Dirección de Postgrado del ICEI; Claudio Salinas, moderador del encuentro y coordinador del Magíster en Comunicación Política; Alejandra Carmona Cannobbio, coordinadora del Magíster en Cine Documental; y Jorge Iturriaga, coordinador del Magíster en Comunicación Social.

María Inés Silva anunció que esperaban en el corto plazo pasar de Dirección a Escuela de Postgrado, transformación importante: “y donde nos interesa mucho estar más conectados con los estudiantes, ya sea alumnos y ex alumnos de los variados programas del Instituto”, afirmó.

Ignacio del Valle comenzó su ponencia señalando ejemplos de las relaciones fraternas entre Chile y Cuba durante el gobierno de la Unidad Popular: “es indudable que Chile fue un objetivo estratégico de la política cubana hacia América Latina. Tras el golpe de Estado, de 1973, Cuba  continúa ejerciendo la llamada solidaridad revolucionaria, término que ellos emplean. Sin embargo, se pasó del apoyo a un gobierno a ser aliado para la  protección de los perseguidos durante los 80 en Chile”, certificó.

El investigador comentó que el cine es una fuente privilegiada para el estudio de las relaciones entre Cuba y Chile: “A comienzos del gobierno de la UP, el ICAIC firmó un convenio de cooperación con la empresa estatal Chile-Films, que estipulaba la realización de semanas cinematográficas entre ambas naciones, coproducción de largometrajes, envío de ejemplares de revista de cine cubano, entre otros”. Asimismo, destacó que en el período se realizaron tres documentales cubanos sobre Chile: ¿Cómo, por qué y para qué se asesina a un general? (1971), De América soy hijo y a ella me debo (1972) e Introducción a Chile (1972): “Luego del golpe de Estado en Chile, Cuba realizó o financió películas sobre el país. El cine de solidaridad para con Chile y el del exilio fue producido en varias decenas de países, de diferentes continentes. No hubo un epicentro, pero sí es posible afirmar que la cinematografía cubana fue una de las más importantes en el fomento de ambos fenómenos”, señaló.

La crónica oficial de la revolución

El noticiero ICAIC latinoamericano es un material que de acuerdo a Del Valle nunca ha sido analizado en su conjunto: “Sin embargo es el mayor acervo audiovisual cubano sobre Chile. Para quien no conozca el noticiero cubano es el principal espacio de actualidades cinematográficas de la historia de América Latina. En su creación, en 1960, y hasta su término, en 1990, fue la crónica oficial de la revolución, tanto de índole interna como externa. Los directores cubanos recorrieron más de 90 países, de todos los continentes. En virtud de su importancia como fuente histórica. Sus 1493 ediciones han sido declaradas memoria del mundo por la Unesco y desde 2012 sus negativos se encuentran depositados en el Instituto Audiovisual de Francia”, dijo. 

De acuerdo con el especialista, es difícil determinar el número exacto de noticias relacionadas con Chile en el noticiero ICAIC, pero “la nación que más aparece en el programa. Más que Brasil, Argentina, Perú, más que cualquier otro país sudamericano. Es uno de los países a los que se les prestó más atención. Chile despierta un interés secundario en la primera mitad de los años 60, aunque se vuelve recurrente cuando llega la Unidad Popular al poder. En 1977 y 1978 hay un declive, mientras que en los años 80´falta realizar una digitalización para concluir qué pasó en esos años”, comentó.

Las alusiones a Chile tienen una importancia variable en el noticiero: “en ocasiones eran el asunto principal, en otras el tema de una de las noticias independientes en las que se dividían las ediciones misceláneas, más raramente se mencionaba como una especie de digresión o mención”, indicó. Según su duración, se pueden distinguir tres tipos de reportajes sobre asuntos relacionados con Chile: ediciones especiales que duran aproximadamente 20 minutos, ediciones monotemáticas con una duración aproximada de 8 minutos y noticias breves dentro de una miscelánea. “La duración –aclara Del Valle- no está forzosamente relacionada con la relevancia de las noticias. Hay noticias breves sobre eventos de extrema urgencia”.

Para el noticiero no es Chile sino la relación Cuba-Chile el tema verdaderamente fundamental: “La otredad de Chile es un tema que se saca constantemente a relucir y presente también en documentales que no forman parte del noticiero, como es “De América soy y a ella me debo” (de Santiago Álvarez, año 1972)”.

Entre 1970 a 1973 es notoria la voluntad por destacar los beneficios diplomáticos que tendrían para Cuba el gobierno de la Unidad Popular: “Tras el golpe de Estado, el programa se dedicó rápidamente a mostrar solidaridad con Chile. En un primer momento, el foco estuvo puesto en mostrar el golpe y destacar el último gesto de Allende, resistiendo en La Moneda. El segundo gran tema post golpe fue la recepción de exiliados en Cuba”, destacó Del Valle.

Líderes y pueblo

El especialista afirma de acuerdo a la figuración se pueden destacar dos temas centrales en los reportajes del noticiero. Por un lado el pueblo, sea cubano o chileno, celebrando alegre y fervoroso un proyecto revolucionario: “está muy poco determinado. Suele aparecer en planos generales y como paisaje humano que sustenta un proceso político”. El segundo elemento es el líder, acompañado por su séquito, que convoca, alecciona, guía al pueblo desde el estrado: “la imagen puede mostrar a los dos elementos juntos, o ir de uno a otro en panorámicas o alternarlos a través del montaje, pero siempre aparecen uno cerca del otro. Como variante, y algo que se repite mucho, es la llegada del líder al aeropuerto”, comentó.

Así, cuando Allende y Castro aparecen juntos en la misma escena, el protagonismo tiende a caer en el comandante cubano: “el noticiero siempre le otorga a Castro la última palabra, es también el único que puede desvelar crítica a la vía chilena al socialismo, que aparece indirectamente”, aseveró. ICAIC privilegia la imagen de Allende por sobre ministros o personeros que acompañaban a Salvador en sus comitivas y casi no los nombran. Tras la muerte de Allende comienza una suerte de monumentalización de su figura y se lo muestra como un guerrillero, en un ícono dentro del panteón de líderes revolucionarios caídos en la lucha. Se lo aleja de la figura de político profesional: “Además, junto con la inclusión de Allende en el panteón de mártires revolucionarios, tiene como consecuencia soslayar, al menos en actos oficiales, las divergencias entre la vía electoral chilena y revolucionaria cubana”.

La imagen de Allende tiene como reverso a la de Augusto Pinochet, personificación del fascismo. La presencia del dictador chileno es mucho mayor, en el noticiero, que cualquier otra figura de dictadores latinoamericanos. Sólo la familia Somoza, en su conjunto, contó con una visibilidad similar a la de Pinochet, sentenció.