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Universidad de Chile

En el VI Encuentro de Investigación sobre Cine Chileno y Latinomericano:

Profesor del ICEI lanza libro sobre la masificación del cine en Chile a inicios del siglo XX

Profesor lanza libro sobre masificación del cine en Chile en siglo XX

La publicación del profesor Jorge Iturriaga identifica el impacto de la llegada del cine a la sociedad chilena entre 1907 y 1932, y su vínculo con la esfera industrial y empresarial. Cuenta además el carácter popular, de entretención y político que le dieron los primeros distribuidores, ante una clase dominante que reacciona y comienza a restringir el acceso a estas exhibiciones pues excitaban a las masas "en el sentido sexual, político y cultural", según investiga el autor.

¿Cómo se expandió el cine en Chile entre 1907 y 1932?, ¿quiénes eran los distribuidores?, ¿de qué trataban las películas exhibidas? Estas son algunas de las preguntas que se planteó el profesor del Instituto de la Comunicación e Imagen, Jorge Iturriaga, y que respondió en su libro La Masificación del Cine en Chile: La conflictiva construcción de una cultura plebeya, lanzado en el mes de abril en el VI Encuentro de Investigación sobre Cine Chileno y Latinomericano, organizado, como todos los años, por la Cineteca Nacional de Chile.

La publicación editada por LOM, comenzó a gestarse en su tesis doctoral de Historia en la Universidad Católica de Chile, para luego abarcar otras dimensiones relevantes. La intención original de la tesis fue identificar el impacto de la llegada del cine a la sociedad chilena en las primeras décadas del cine, a esto se suma la posterior indagación sobre los actores involucrados en la difusión del material cinematográfico.

Jorge Iturriaga cuenta que en 1896 se realiza la primera exhibición de cine en Chile, pero en los siguientes siete años no hay mayor desarrollo por la poca cantidad de películas disponibles y porque la clase alta no considera que el cine sea algo tan novedoso e interesante. Su bajo nivel de sorpresa se debió a que ellos ya tenían una experiencia de espectáculo visual con las llamadas “linternas mágicas”, fotografías o cuadros pintados proyectados en un telón, que circularon en chile durante todo el siglo XIX.

Es así como desde gestores reacios a la cultura dominante, las películas se comienzan a exhibir en biógrafos baratos y populares, con imágenes generalmente conflictivas para la élite. Se crearon salas en los barrios de San Pablo, San Diego, Avenida Mata y Estación Central, lugares que no habían sido considerados como polos culturales en Santiago y que democratizaron el acceso con entradas más accesibles, incluso algunas “equivalían a un litro de vino o un kilo de pan” de aquellos años, según el autor.

Por otro lado, los géneros cinematográficos con los que empezó a difundirse el cine en Chile eran bastante populares: comedia pícara, melodramas duros, películas policiales, entro otras, temas que disgustaban a la clase alta. “Hay un recelo en este período y más aún de la cultura conservadora católica en relación al cine, de hecho son ellos los que implantan la censura”, afirmó el historiador y realizador audiovisual.

Revolución sociocultural

Entonces, en la primera década del siglo XX en Chile existían empresarios populares, salas populares, precios accesibles y una asistencia popular en barrios. A este proceso el autor lo nombra “revolución sociocultural”, pues se separa el cine de su origen científico e industrial de clase alta, donde era utilizado para fines educacionales, y lo acogen otros sectores sociales, dándole un nuevo uso. Esta reorientación lo transforma en un evento festivo y recreativo, tal como se conoce hasta hoy.

Además, “la gracia del cine es que cumple una serie de objetivos, no es solo entretención, también hay muchas personas que a través de él conocen el mundo. Así, muchos tomaron al cine como una herramienta de transformación social y política. En la pampa salitrera, por ejemplo, donde estaba más fuerte el movimiento obrero, el Partido Obrero Socialista toma el cine y lo usa para sus actos culturales, para recaudar fondos y para concientizar a su público. Esto, porque hay muchas películas de la época que tratan sobre el movimiento obrero y melodramas sociales donde se enfrentaba el rico con el pobre”, explica Iturriaga.

Y agrega que “estas obras muchas veces personificaban sectores populares: presos, trabajadores y mujeres en situación de subordinación. Estos géneros tenían un efecto empoderador para las clases subalternas. Y esa es una de las razones de por qué el cine fue tan mal visto por la clase dominante y por qué comienza la censura. El cine excitaba a las masas en el sentido sexual, político y cultural”.

Origen de las películas

Hasta finales de la década del 10, el polo fundamental de origen de las películas que llegaban a Chile era Italia y Francia. Luego de eso, Estados Unidos se transforma en el país dominante. “Las películas francesas eran mucho más confrontacionales, con otros límites; eran más picaras, más disruptivas. El cine norteamericano recoge algo de eso, como las obras de Chaplin, pero sobre todo instalan el drama meritocrático. Ya no tienen que ver con sujetos populares y su lucha, sino que con historias de clase media que aún hoy se ven en el cine: individuos que buscan superarse a sí mismos y conseguir un objetivo, pero no un objetivo colectivo, sino individual. Así, los ricos pasan a ser modelos, no enemigos”, señala Jorge Iturriaga.

A fines de los años 20 viene una reacción de parte de los empresarios más grandes, la clase política y los grupos más conservadores, que logran arrinconar o modificar esta esfera plebeya con la censura, más impuestos, normas sobre propiedad intelectual y la instalación de las grandes corporaciones estadounidenses para la distribución del cine. “Se hacen reglamentos que evidentemente son para eliminar a estos empresarios populares porque son fuente de problema para la clase política. Quieren limitar los espacios donde ellos puedan acceder”, afirma el académico.

El libro La Masificación del Cine en Chile 1907 - 1932: La conflictiva construcción de una cultura plebeya, puede encontrarse en las principales librerías del país.