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Universidad de Chile

Entrevista sobre el valor pedagógico, político y social del cine en la escuela

Manuel Calcagni: “el cine sirve como una entrada gigante al imaginario de los jóvenes”

“El cine sirve como una entrada gigante al imaginario de los jóvenes”

El profesor de Historia del Instituto Nacional y Magíster en Cine Documental del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile fue premiado con el Global Teacher Prize gracias a su labor como docente, la cual se destaca por su apreciación hacia el cine y cómo ha impulsado una forma de introducir este arte en la escuela chilena.

Hace siete años que Manuel Calcagni imparte clases de Historia en el Instituto Nacional, pero la forma de generar los encuentros pedagógicos con sus estudiantes no replican modelos tradicionales de enseñanza-aprendizaje, siendo destacado por esta razón a nivel nacional. Calcagni ha buscado aproximar a sus alumnos al arte cinematográfico a través de una propuesta didáctica donde los jóvenes y profesores que participan, lo hacen a través de reflexiones, discusiones, ideas, críticas o hasta silencios en torno a la apreciación y creación cinematográfica.

La inquietud docente de Manuel lo llevó a impulsar y desarrollar una “cultura cinematográfica” dentro del Emblemático Liceo, utilizando el cine en sus clases de historia y creando el taller de cine “Creavisión” junto a la profesora Marcela Dávila. A finales de noviembre de 2020, el profesor de la Universidad de Chile fue premiado con el Global Teacher Prize que destacó su propuesta pedagógica de aproximar a los estudiantes al arte cinematográfico. La metodología pareciera simple, pero es osada ya que dentro y fuera del aula escolar da espacio y valor a la subjetividad y creación de quienes participan. Desde una perspectiva freiriana el grupo construye el saber de manera colectiva. Lo hacen desde sus experiencias vitales o biográficas, el momento histórico del país o el contexto pandémico mundial, los imaginarios, contradicciones, sueños, miradas estéticas o críticas, el manejo de herramientas digitales o incluso silencios. Siguiendo en la línea de una pedagogía latinoamericana, como diría la profesora argentina Estela Quintar, se valora con este reconocimiento una enseñanza de la potencia del sujeto participante, que se diferencia de una pedagogía bonsái que limita, coarta, moldea.

En una conversación con Manuel Calcagni, participante de la red de docentes amigos del proyecto Cero en Conducta, quisimos conocer más en profundidad su mirada sobre el cine en educación escolar chilena, la relevancia política de este reconocimiento para dar impulso y reconocimiento a iniciativas que desde distintas épocas y espacios en Chile han contribuido para incidir en el debate público para introducir el cine en la escuela.

1. En Creavisión, ¿Cómo se aproximan al cine? ¿Qué es lo distinto a un taller donde te enseñan técnicas audiovisuales a uno donde hacen cine,lo problematizan desde el visionado, la crítica?

Yo creo que la mayor gracia que tenemos es que estamos muy abiertos, no tenemos una metodología tan rígida y estamos constantemente probando cosas distintas. En el taller siempre tenemos un ojo puesto en la dimensión artística del cine, entendemos que detrás hay un equipo que quiere mostrarte la realidad de cierta forma. Además, el cine tiene una dimensión más política debido a que te abre miles de posibilidades de discusión e incluso acción, ya sea creando o analizando y discutiendo.

Por ejemplo ahora en pandemia, al estar sin posibilidad de hacer trabajos colaborativos, exploramos el stop motion, algo que nunca me había acercado pero sí les interesa a los estudiantes. También hicimos un podcast abierto, nos juntamos un día por Zoom con gente que no conocíamos y comentábamos una película. No sabíamos mucho del otro, sólo nos unía una película.

Hicimos un taller de crítica con un profesor del ICEI de la Universidad de Chile, Hans Stange. Un taller de color, post producción, etc. Los cabros comenzaron a hacer cortometrajes sobre nuestras memorias relacionadas con el cine. Estuvimos dispersos, pero siempre con el ojo puesto en relevar el arte y darle el poder creativo, político y transformador que tiene.

2. La cineasta y pedagoga Alicia Vega es sin duda una referente chilena en talleres de cine para niños, niñas y jóvenes. En una entrevista ella señaló que en los 30 años haciendo talleres en distintas poblaciones del país su objetivo no era pedagógico, sino pasarlo bien. ¿Cuál es el objetivo que tú tienes, tanto en tus clases de historia como en el taller Creavisión, es decir, dentro y fuera del aula?

A mí me pasa que veo que la escuela está muy segmentada y yo creo que el cine te tiende muchos puentes de trabajo con otras disciplinas, con otras partes del cerebro. Creo que la creatividad falta mucho en la escuela, falta esa parte de jugar, en eso estoy muy de acuerdo con Alicia. El cine también tiene una dimensión muy bonita de trabajo colaborativo, reflexionar en conjunto y la creación entre todos/as. Cada uno puede encontrar su nicho de trabajo desde el hacer cinematográfico. Por otro lado, el desarrollo del pensamiento crítico, recibimos tanta información en formato audiovisual y si no somos espectadores activos, perdemos todo el arte. Lo audiovisual tiene mucho lenguaje subliminal, te dijeron algo sin darte cuenta cómo lo hicieron. Es super importante que en la escuela te muestren que lo audiovisual es un idioma masivo y poderoso.

Por último, me pasa que puedes conocer a las personas en base a sus referentes audiovisuales. Las películas son una forma muy bacán de acceder a estos mundos personales, el cine sirve como una entrada gigante al imaginario de los jóvenes.

3. Ignacio Agüero, documentalista que registró parte de los talleres de Alicia Vega en la película “Cien años esperando un tren”, y quien impulsó a la creación del proyecto de cine en la escuela Cero en Conducta con el cual tienes cercanía, señala que el cine es una ventana a otros mundos al cual el espectador está invitado, si a esta experiencia se le suma la filmación, el/la joven va a ser capaz de cuestionar su propia realidad, el mundo que viven y la propia escuela, ¿Has visto que el proceso creativo y el visionado de películas ha impactado a tus alumnos desde esa potencia que refiere Agüero?

De partida, creo que son más creativos, inmediatamente hacen un cambio de switch, ya hay más lenguaje en juego y se les ocurre otra forma de decir las cosas. Segundo, miran de otra manera, andan buscando personajes, situaciones y tienen más ideas para hacer un corto o un documental. Reflexionan desde otro lugar, es como si descubrieran algo muy bonito que los va a acompañar siempre.

También es entretenido, como que te da alegría. Una vez escuché a Ignacio decir que cuando estás grabando y estás en estado de rodaje, miras con otro ojo, como un niño jugando. Empiezas a relacionarte con la realidad de otra forma, te haces otras preguntas, te fijas en otras cosas, te sorprenden cosas que cuando estás en la máquina no alcanzas a darle el tiempo suficiente. Como que se despierta la mirada, eso es lo mejor que genera el cine en mis cabros.

4. El cine usualmente es relegado a una herramienta didáctica complementaria para las asignaturas de historia y lenguaje con el fin de pasar contenidos o como otro método de evaluación, ¿Crees necesario repensar cómo se ha pensado e implementado el cine dentro del currículum?

Es super difícil evaluar la creatividad, es un terreno muy pedregoso y creo que la evaluación como dimensión de la educación tiene mucho por avanzar, al igual que la mirada de los y las profes. Creo que depende de los ejemplos que muestras y las cosas que exijas, por ejemplo, es muy distinto que digas “Ya chiquillos hagamos un documental” y le dejes como referentes un reportaje de Mega, a que le muestres un documental donde hay un punto de vista artístico, donde se trabaje el montaje, el sonido, etc. En general, el cine se ocupa de manera súper utilitaria, cuando los profes no quieren hacer clases, pueden colocarle play a un documental y a aprovechar de traspasar las anotaciones al libro. Hay mucho de ese uso del cine, que es un flaco favor al arte. Es muy distinto a que muestres un fragmento, pares y discutas con los alumnos, preguntando si se fijaron en un detalle o porqué creen que el director quiso poner la cámara en cierto ángulo.

5. Teniendo en cuenta la relevancia de este reconocimiento a nivel nacional ¿Qué importancia tiene en términos de incidir en el debate público para introducir el cine en la escuela?

Personalmente, cuando me postularon al premio, me postuló la Cineteca Nacional, que tiene un programa que se llama Escuela al Cine, el cual es muy bonito y apunta a preparar profes y estudiantes para  generar una cultura audiovisual en la escuela. Me dieron ganas de postular para visibilizar este cruce de cine y educación, mostrar a otros colegas que se pueden hacer prácticas innovadoras que no dejen afuera los contenidos y la habilidad, pero que incluyan otras formas de enseñar y aprender.

Al mismo tiempo, me dan muchas ganas de ir aprendiendo, hacerme preguntas, sistematizar las prácticas que he podido hacer y poder sacar conclusiones. Ojalá investigar un poquito más y estar en contacto con otras personas que están trabajando en otras áreas del cine y la educación. Creo que es un desafío súper grande, pero es un buen punto de partida para ir demostrando que sí funcionan, que los cabros se motivan, que sí hay profes con pocos recursos, pero con entusiasmo y ganas de hacer cosas distintas.

6. ¿Qué acción crees que se debería tomar para que se expanda la educación del cine en las escuelas?

Tiene muchas capas, por un lado, están las políticas públicas, lo que quiere hacer el Ministerio de las Culturas y el Ministerio de Educación, pero también está la capacidad que tengamos como profes para echarle para adelante, lo que cada uno puede aportar desde su espacio y comunidad. Sería ideal ponernos en contacto e ir organizando una fuerza que venga desde abajo hacia arriba y, que en algún momento, llegue a las autoridades la gran cantidad de iniciativas bacanes que se están haciendo de cine y educación.

Lo ideal sería juntarse, reflexionar y generar encuentros para que tanto los estudiantes como los profesores nos vayamos conociendo, así de a poquito vamos tejiendo redes. Además, creo que es super importante darle la seriedad que merece, a mí me da muchas ganas de meterle cabeza, investigar y escribir sobre el cine y la educación. Ojalá poder contribuir en el día de mañana en la formación de futuros profes, el cine va a ser una de las herramientas a su alcance y que por lo menos sepan que está ahí está posibilidad. Las universidades tienen un rol fundamental en la formación de futuros docentes en esas líneas.

Ahora con el estallido, tengo mucha esperanza en el rol de la sociedad civil organizada, no todas las cosas tienen que venir desde los ministerios. Si miras Francia y estos programas maravillosos donde participa Alain Bergala, que si bien están como cien años adelantados, eso no significa que nos vamos a quedar con los brazos cruzados para que te vengan a financiar todos tus proyectos, se puede por otro lado creo yo. Tiene que ser la doble fuerza, llegar arriba desde abajo y mientras tanto seguir trabajando y formando futuras generaciones.

Puedes conocer más de Manuel Calcagni y del vínculo cine/educación en el siguiente taller sobre crítica cinematográfica: