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Universidad de Chile

Columna de opinión de académica del ICEI

María Eugenia Domínguez: Sobre una perspectiva de género para poner en cuestión el orden patriarcal de la Comunicación

María Eugenia Domínguez: Perspectivas de género en la Comunicación

Con motivo de conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la senadora universitaria y la académica del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, se refiere a la necesidad la reflexión crítica en los productos culturales de circulación masiva.

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora obliga reflexiones y balances respecto de los avances efectivos en cuanto a los derechos sociales y reproductivos de las mujeres. En el campo de la comunicación, se cumple casi un año desde que en abril del 2016, 157 periodistas de 27 países elaboraran un manifiesto con motivo del VI Encuentro Internacional de Periodistas con visión de Género. En dicho texto se denunciaba, entre otros aspectos, "la discriminación y las violencias que sufren las periodistas y comunicadoras en el mundo" y se exigía "una representación no estereotipada de las mujeres en los contenidos informativos, dando voz a las mujeres y reflejando toda su diversidad (…) – combatiendo- el tratamiento estereotipado, discriminatorio y racista que se suele dar en la realidad y en la diversidad de las mujeres indígenas y migrantes. Hay que desmontar todo lo que desvaloriza la aportación histórica, la realidad plural y la lucha de las mujeres indígenas y migrantes" .

La pregunta que nos interpela nuevamente es cuánto de ello hemos podido avanzar y hasta dónde se hace realidad el apartado "J" aprobado hace 22 años en la Cumbre de Beijing, cuyo objetivo estratégico era mejorar el acceso de la mujer y su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión.

En Chile, si observamos la mera relación de números por sexo, este particular campo de trabajo se ha feminizado: Para el año 2014, el 56% de los estudiantes de periodismo en Chile eran mujeres. Las preferencias temáticas declaradas muestran desde ya las diferencias de género: ellas se interesan en la cultura, los viajes y el entretenimiento en un porcentaje significativamente superior a los hombres. De modo inverso, ellos prefieren proporcionalmente la política, la economía y el deporte.

En cuanto a los profesionales en ejercicio en los medios de comunicación escritos, el Monitoreo Global de Medios del año 2015 señala que las mujeres representaban sólo el 32% de las notas firmadas. En cuanto quienes ejercen la función editorial – y por ende de toma de decisión sobre los contenidos-, una revisión rápida permite establecer la predominancia masculina.

Estos tres indicadores ya constituyen elementos para estar alerta. Contamos con poca información sistemática respecto de las condiciones laborales en el campo, según sexos. No obstante, la precariedad de los contratos (despidos recurrentes como en los casos de El Mercurio y La Tercera; cierre de los departamentos de información como en UCV y La Red; denuncias reiteradas de incumplimientos laborales, etc.) y los datos respecto de las brechas salariales de la recientemente publicada encuesta Casen 2015, permiten suponer una mayor vulnerabilidad de las mujeres en un campo, desde ya, estructuralmente precario.

Pero, ese "cuánto hemos podido avanzar" no sólo refiere a la relación entre el número de hombres y mujeres trabajando hoy en los medios de comunicación y, de manera más general, en el ámbito de la producción de los textos culturales de circulación masiva que son también los relatos cotidianos de lo posible y lo imaginable para la sociedad en su conjunto. El propósito declarado por agrupaciones feministas y organismos internacionales en torno a la promoción de imágenes y mensajes que den cuenta de la diversidad en la vida de las mujeres y de su contribución a la sociedad, propone la igualdad de los sexos en la gestión y dirección de los medios de comunicación y en la elaboración de contenidos. Quizás esto sea un paso, pero ello por si solo no pone en cuestión la producción de imágenes estereotipadas de las mujeres y del mundo LGBTTI -también objeto de contenidos que perpetúan la violencia patriarcal contra todos- y la falta de acceso de este vasto sector de la población a la expresión y a la toma de decisiones en/y a través de los medios.

En este sentido, desde la academia, como forma de organización colectiva de periodistas y trabajadores del campo de la comunicación (cineastas, audiovisuales, fotógrafos, etc.) tenemos una tarea central: la generación del conocimiento que permita establecer, desde una perspectiva de género, la reflexión crítica y la acción política necesarias para poner en cuestión este orden patriarcal de la comunicación (que por cierto también tiene clase y etnia, pero ello no es objeto de esta columna). Una perspectiva de género que incorpore la preocupación por la equidad de género y la diversidad sexual en los contenidos y en las condiciones de producción de dichos contenidos. Una perspectiva que sirva de apoyo a las acciones que, espero, puedan incorporar las agrupaciones colectivas como el Colegio de Periodistas y los diversos sindicatos de la comunicación y la cultura.

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